Opiniones
El sábado, mi mamá salió a caminar con mi cuñada y su madre. A un par de cuadras de nuestro hotel, en pleno Santiago de Chile, está el shopping Costanera Center. Se decidieron a entrar. Yo me quedé porque no me sentía bien, y cuando estuve mejor decidí reunirme con ellas. Apenas se abrió la puerta del shopping me quedé perpleja sin poder creer lo que veía. Era como un hormiguero!! Estaba LLENO de gente que subía y bajaba por las escaleras automáticas.
En lo personal no estoy acostumbrada a esa cantidad de gente y no me gustó. Pensé en salir pero, como pasa siempre, la curiosidad me ganó. Me encontré a mi mamá, acalorada, asustada y queriéndose ir. Me contó que cuando llegaron el shopping estaba muy tranquilo y sin tanta gente. Entraron en un local y de repente se encontraron completamente rodeadas por una multitud. Tanta que se quedó sin aire y no podían ni entender de dónde había salido. No me resistí a verlo por mí misma.
Vi a una mujer argentina discutiendo para ingresar con una mayor cantidad de prendas, argumentando que en nuestro país permiten pasar más piezas por vez. Seguí y encontré unos pocos percheros completamente en orden. Claro, eran los que tenían ropa más cara. Ese era un día de liquidación de la temporada anterior.
Mi sensación fue que la gente no miraba más que los precios. Lo que veían barato, compraban. Vi una vendedora a lo lejos. Me acerqué a ella y le pregunté por ese desorden tan desconcertante. Su respuesta fue clara y concisa: “Vienen muchos argentinos los fines de semana”. Eso hizo que no pudiera evitar preguntarle cuándo era el momento indicado para ir, encontrar la tienda ordenada, y ver la colección de temporada. “A partir del martes por la mañana, porque los fines de semana son así, llenos de argentinos”.
Al mismo tiempo pensaba en la desmotivación que causa sentir que no podemos comprar en nuestro propio país. Recordaba cómo hace unos años hacíamos lo mismo con Bolivia, Brasil, Paraguay… y así sigue la rotación. Ver cuánto afecta la inestabilidad. No sólo en lo económico, sino también en nuestra salud mental y física. Creo en el corte y el cambio, pero también que es un problema cultural tan grande que, si bien existió una ruptura, necesita continuidad. No sólo en este, sino en gobiernos venideros, porque será el único salvavidas.
Las compras conscientes no sólo te ayudan a ahorrar dinero sino también a reducir desechos terrestres. Pero si aún así tu intención es de compra, los lugares para hacerlo en Santiago son muy variados. Si no dispones de movilidad propia o un nivel de compra que justifique la diferencia en transporte, probablemente te convenga quedarte por la ciudad recorriendo los tres shoppings donde se concentra la mayoría de argentinos. Alto Las Condes y Parque Arauco Mall, ambos en la comuna de Las Condes y Costanera Center en Providencia, a unos 15 minutos en taxi.
Ahora, para quien está dispuesto a retirarse del centro e ir en dirección al aeropuerto, un gran favorito son los outlets. Entre ellos para mí el mejor fue Buenaventura Premium, con marcas de primera línea de todo tipo. Eso sí, de una o dos temporadas anteriores. Si bien es cierto que en ese nivel de marcas las tendencias siguen vigentes por más tiempo.
Argentinos. Locos por las compras!!
Como varias de ustedes saben, la semana pasada estuve de viaje por Chile. En mi caso, no fue un viaje de compras como últimamente hacen la mayoría de los argentinos que pueden y quieren, sino familiar.
Este año fue muy difícil para mí y mi familia. Perdimos a mi papá y a mi madrina con sólo unos meses de diferencia, dos seres adorados. Por ese motivo con mi hermano pensamos que le haría bien a mi mamá distraerse un poco, viajar, y lo elegimos por costo y cercanía. Yo no había estado nunca ahí, pero me encantó la idea y luego me encantó el lugar.
Si bien es cierto que hicimos algunas compras, no fue el motivo central de nuestro viaje. Pero no puedo dejar de contarles lo que vi.
Este año fue muy difícil para mí y mi familia. Perdimos a mi papá y a mi madrina con sólo unos meses de diferencia, dos seres adorados. Por ese motivo con mi hermano pensamos que le haría bien a mi mamá distraerse un poco, viajar, y lo elegimos por costo y cercanía. Yo no había estado nunca ahí, pero me encantó la idea y luego me encantó el lugar.
Si bien es cierto que hicimos algunas compras, no fue el motivo central de nuestro viaje. Pero no puedo dejar de contarles lo que vi.
El sábado, mi mamá salió a caminar con mi cuñada y su madre. A un par de cuadras de nuestro hotel, en pleno Santiago de Chile, está el shopping Costanera Center. Se decidieron a entrar. Yo me quedé porque no me sentía bien, y cuando estuve mejor decidí reunirme con ellas. Apenas se abrió la puerta del shopping me quedé perpleja sin poder creer lo que veía. Era como un hormiguero!! Estaba LLENO de gente que subía y bajaba por las escaleras automáticas.
En lo personal no estoy acostumbrada a esa cantidad de gente y no me gustó. Pensé en salir pero, como pasa siempre, la curiosidad me ganó. Me encontré a mi mamá, acalorada, asustada y queriéndose ir. Me contó que cuando llegaron el shopping estaba muy tranquilo y sin tanta gente. Entraron en un local y de repente se encontraron completamente rodeadas por una multitud. Tanta que se quedó sin aire y no podían ni entender de dónde había salido. No me resistí a verlo por mí misma.
Llegué hasta la tienda Zara, lógicamente apretujada en la escalera mecánica. Lo primero fue detenerme frente a sus grandes cristales y mirar el panorama que tenía enfrente. Me impresioné y decidí entrar… Creo que si la tienda tuviera mi rostro registrado en sus cámaras de seguridad, mis ojos ocuparían la mayor parte de él. La ropa no estaba en los percheros, como es normal, sino tirada en el piso. Por todos lados, gente circulando con valijas. Vendedores que no daban a basto para ordenar. Tres personas rodeando a otra para cubrirla y que pudiera probarse la ropa en medio de la tienda... Eso me llevó a la zona de probadores.
Vi a una mujer argentina discutiendo para ingresar con una mayor cantidad de prendas, argumentando que en nuestro país permiten pasar más piezas por vez. Seguí y encontré unos pocos percheros completamente en orden. Claro, eran los que tenían ropa más cara. Ese era un día de liquidación de la temporada anterior.
Mi sensación fue que la gente no miraba más que los precios. Lo que veían barato, compraban. Vi una vendedora a lo lejos. Me acerqué a ella y le pregunté por ese desorden tan desconcertante. Su respuesta fue clara y concisa: “Vienen muchos argentinos los fines de semana”. Eso hizo que no pudiera evitar preguntarle cuándo era el momento indicado para ir, encontrar la tienda ordenada, y ver la colección de temporada. “A partir del martes por la mañana, porque los fines de semana son así, llenos de argentinos”.
La situación no era así sólo en este local. Continué caminando entre personas que corrían para un lado y otro siguiendo anuncios por parlantes de descuentos especiales en diferentes tiendas. Me encontré con el mismo cuadro en Falabella, Forever 21… La verdad, los argentinos, locos por las compras!!! Muchos con esas valijas. Me decidí y le pregunté a un guardia. “Las traen para poner ahí directamente lo que van comprando y así no tener que andar cargando tantas bolsas”. Admito que ver este caos me dejaba con una sensación de salvajismo bastante incómoda, un poco de vergüenza de mi nacionalidad. Diferente al orgullo que siento en otros lugares.
Al mismo tiempo pensaba en la desmotivación que causa sentir que no podemos comprar en nuestro propio país. Recordaba cómo hace unos años hacíamos lo mismo con Bolivia, Brasil, Paraguay… y así sigue la rotación. Ver cuánto afecta la inestabilidad. No sólo en lo económico, sino también en nuestra salud mental y física. Creo en el corte y el cambio, pero también que es un problema cultural tan grande que, si bien existió una ruptura, necesita continuidad. No sólo en este, sino en gobiernos venideros, porque será el único salvavidas.
Con esto no quiero decir que no viajes a Chile de compras, sino que no me parece recomendable que te dediques a eso exclusivamente. Si lo intercalas con recorrer, aprender de su cultura e intercambiar conocimiento, creo yo que te puede enriquecer. O acaso son la ropa y los productos electrónicos lo que te van a hacer más feliz?
Las compras conscientes no sólo te ayudan a ahorrar dinero sino también a reducir desechos terrestres. Pero si aún así tu intención es de compra, los lugares para hacerlo en Santiago son muy variados. Si no dispones de movilidad propia o un nivel de compra que justifique la diferencia en transporte, probablemente te convenga quedarte por la ciudad recorriendo los tres shoppings donde se concentra la mayoría de argentinos. Alto Las Condes y Parque Arauco Mall, ambos en la comuna de Las Condes y Costanera Center en Providencia, a unos 15 minutos en taxi.
Ahora, para quien está dispuesto a retirarse del centro e ir en dirección al aeropuerto, un gran favorito son los outlets. Entre ellos para mí el mejor fue Buenaventura Premium, con marcas de primera línea de todo tipo. Eso sí, de una o dos temporadas anteriores. Si bien es cierto que en ese nivel de marcas las tendencias siguen vigentes por más tiempo.
Las marcas internacionales que no solemos ver en nuestro país son mayoría en Chile. Carolina Herrera, Calvin Klein, Dolce & Gabbana, Gucci, Max Mara, Forever 21, Top Shop, H&M, Desigual, Gap… La diferencia es que los productos que vemos disponibles en estas marcas tienen un claro filtro al gusto del mercado chileno. También encontramos marcas argentinas como Rapsodia y Prüne que, para los mismos chilenos, son más caras.
-
Simplemente te recomiendo que compres lo que necesitás y nada más. ¿Te parece? ❤
Simplemente te recomiendo que compres lo que necesitás y nada más. ¿Te parece? ❤
0 comentarios:
Dejanos tu comentario!!